Hoy les traemos un juego que se emplea para niños y niñas de 6 a 10-12 meses y que consiste en un cesto donde introducimos objetos diferentes y asequibles a estas edades donde pueden permanecer sentados, pero aún no se desplazan demasiado ni con mucha autonomía, les relataremos los pasos e instrucciones a continuación; esperamos les guste y sea de su agrado.
El cesto de los tesoros

El cesto de los tesoros es una actividad de exploración, concentración y atención, donde hay que llenar un cesto de mimbre o una caja con objetos de uso cotidiano y escogidos para descubrir y desarrollar el tacto, gusto, olfato, vista, oído y movimiento del cuerpo.
Los objetos del cesto no son juguetes, sino que pueden ser de la casa o entorno del niño/a, confeccionados y/o recuperados de la naturaleza. Se trata de proporcionar un conjunto de objetos diferentes para favorecer la curiosidad por descubrir las cualidades de las cosas y los diferentes usos de los objetos.
Con el cesto de los tesoros los menores aprenden por sí mismos; el adulto les da seguridad y confianza pero sólo desde la presencia y atención a lo que sucede en el
momento de la actividad.
ORGANIZACIÓN
Los objetos se escogen atendiendo a sus cualidades (madera, metal, objetos naturales,
posibilidades de sonido, formas diferentes, etc.) y se colocan dentro de un cesto de unos
35 centímetros de diámetro y alrededor de 8-10 de altura. Debe ser sólido, plano, estable
y que no tenga asas. El niño debe poder apoyarse en él sin que vuelque.
La selección de materiales se hará desde objetivos creativos y renovadores (estimulantes
para su mente) que será entorno a 60 objetos (alrededor de 20-25 por cada niño);
conviene que esté en un rincón estable de la sala y sobre una alfombra. Se sentarán
alrededor del cesto/caja o muy cerca de él para acceder de forma fácil y poder mantener el
equilibrio. Hay que evitar interferencias y favorecer que manipulen, exploren y se
concentren.
Los objetos favorecen que entre ellos se establezcan los primeros contactos,
comunicaciones e interés por medio de esta propuesta de juego.
Esta actividad debe prepararse con interés y colaboración por parte de todo el equipo y
pensando en la implicación de padres y madres a la hora de recopilar objetos y observar
la evolución de sus hijos e hijas.
Es importante observar cuáles son las preferencias, proceso de aprendizaje de cada uno,
actividades y actitudes de los niños para valorar la renovación del material. Ésta se hará
periódicamente y sólo sobre algunos objetos (los nuevos suponen estímulo y los viejos
son punto de referencia y reconocimiento).
Todos los objetos deben poder lavarse a diario y mantenerse en buen estado; deben ser
renovados con cierta frecuencia (y según lo que muestra nuestra observación).
El adulto se sienta cerca de los niños a una distancia óptima para observar y no interferir,
proporcionando seguridad y confianza a través de la mirada receptiva y disponible para
todos los niños y niñas que participan en la actividad en ese momento.

Podemos plantear la siguiente propuesta de objetos:
- Objetos Naturales (limón, manzana piedra pómez, corteza de árbol, tapón de corcho,cáscaras de coco, conchitas de mar suaves, etc.).
- Objetos de Materiales Naturales (ovillo de lana, flauta de caña, cepillo de pelo de madera, cepillo de dientes, brochas o pinceles, cestos pequeños, etc.)
- Objetos de madera (cajas pequeñas, sonajeros, castañuelas, botones de colores ensartados, cubos y dados, cilindros, anillos de cortina, espátulas y cucharas, pinza de la ropa, cuchara de miel, espejo, etc.).
- Objetos Metálicos (cucharas de distintos tamaños, batidora de huevos, juego de llaves,flanera, latas redondas, moldes de pasteles, armónica pequeña, colador de té, trozos de cadena, cencerro, campanilla, tapón de frasco de perfume,etc.).
- Objetos de papel y cartón (libreta pequeña de espiral, cajitas de cartón, tubos, conos y cilindros, etc.).
- Objetos de piel, tela, goma y fieltro (monedero, pelota de goma, pelota de cuero, muñeca de trapo, funda de gafas, oso de peluche, tapón de bañera con cadena, red de pescar, cremallera, espátula de goma, bolsas pequeñas con tomillo o lavanda, etc.)
La presencia del adulto (educadora o educador) da seguridad y favorece la concentración. Una mirada o una sonrisa bastan para iniciar el contacto mutuo. La actitud y el interés del adulto debe ser motivante para el niño y que se sienta en libertad para disfrutar descubriendo.
La educadora/or no interviene, sino que organiza el ambiente, comprueba que los niños y niñas se sientan cómodos y seguros, y debe controlar el estado de los diferentes objetos y su conservación.
Debe saber organizar el espacio pensando en la evolución de los niños (por ejemplo, a mitad del curso algunos ya empiezan a desplazarse y su interés por el cesto disminuye y buscan otros objetos del entorno), las nuevas necesidades y la no interferencia entre unos y otros niños.
Así mismo, deberá determinar el momento más adecuado para la observación y la evolución del juego, pues en estas edades la atención que necesitan y el ritmo de cada uno es muy variable.
Nos dimos cuenta que los materiales que se pueden utilizar para realizar este juego están realmente al alcance de todos, y eso nos parece magnifico. Muchas gracias por la información.
ResponderEliminarEs muy interesante el metido abordado por ustedes compañeras, es muy importante junto con las experiencias de cada niño, el rol del adulto, el cual siendo mediador, puede generar un buen método de aprendizaje, y mas aun siendo significativo para el niño.
ResponderEliminarBuena publicación, muy detallada que explica muy bien el sentido del juego :) Es una actividad que resulta muy bien con los niños pequeños y además les ayuda a desarrollar sus habilidades sensomotoras. ¡Gran trabajo!
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